Un aporte de a título personal del Secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de Distribuidora y Comercializadora Farmalider S.A.
Hacia finales de la década pasada un informe del Banco Mundial ubicó a Chile entre los diez países del mundo con peor distribución de la riqueza. Es también sabido que el 20 por ciento de los hogares más ricos concentra cerca del 60% de la riqueza, en tanto el 20 por ciento (quintil) más pobre, menos del 4%. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el 70% de la población percibe poco más del 30% del ingreso nacional, mientras el 10% percibe más del 40%, del cual 22,5% por ciento queda en manos de sólo el 1% de la población.
La solución a la actual distribución de la riqueza se ha ligado por años a la idea de que hay que distribuir la riqueza a medida que haya crecimiento, la llamada teoría del “chorreo” o “derrame” que nos dice que la copa primero se tiene que llenar y cuando se llene los beneficios se van a derramar hacia el conjunto de la sociedad.
¡Es falso!, a medida que se llena la copa la van haciendo más larga para que nunca se termine de llenar. Por eso no estoy de acuerdo con que va a haber distribución en la medida en que haya crecimiento.
TIENE QUE HABER UNA MEJOR DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA HOY, porque hay mucho dinero y riquezas en Chile. El gobierno dice: no hay distribución de la riqueza sin distribución igualitaria y con calidad de la educación, esto sin que el Estado chileno le den efectivamente a los estudiantes la posibilidad de que se puedan apropiar de ese conocimiento, basta ver el estancamiento de los resultados del SIMCE en la última década.
Ahora, tampoco hay distribución del conocimiento sin una mejor distribución de la riqueza, riqueza que se podría hacer llegar indirectamente a los más necesitados mediante un real interés en la mejora de la educación con la consiguiente asignación de más recursos para esta tarea. Se convierte, entonces, en un círculo vicioso.
Muchos dicen: “vamos a crecer en la medida que haya más educación”, lo cual implica que tiene que seguir habiendo pobres e indigentes hasta que podamos construir un país diferente mediante el largo proceso que implica la reforma educacional.
No, estimados lectores, para que no haya pobres ni indigentes hace falta una decisión política, no hace falta esperar un proceso de diez o veinte años. Hoy existe el dinero suficiente para terminar con la indigencia y con la pobreza.
Sin embargo, es sabido que a los políticos poco les atraen verdaderamente estos temas.
Debido a todo lo anterior surge la propuesta que seamos los trabajadores quienes decidamos poner un nuestras propias manos la labor de mejorar la extrema desigualdad de ingresos que hoy existe en Chile.
¿Cómo? Mediante la unión organizada que brinda la estructura de un SINDICATO. Gracias al cual, aparte de velar por el cumplimiento de la legislación laboral y previsional al interior de las empresas, nos permitirá corregir de la manera más directa la desigualdad de sueldos gracias a la NEGOCIACIÓN COLECTIVA, proceso que culmina directamente en la mejora de las remuneraciones para aquellos que participan en ella.
Es a partir de esta concepción clara y concisa, que como agrupación de trabajadores ya organizados en un Sindicato, promovamos la formación de nuevos sindicatos a lo largo y ancho de Chile.
Nuestra primera herramienta será esta página web que se orientará, en su inicio, hacia la educación de los trabajadores no organizados; y luego, a enseñarles acerca de la Negociación Colectiva.
¿Queremos un nuevo Chile? ¡Organicémonos y lo obtendremos!.
Bibligrafía: 1. Educación Obrera. Los sindicatos y las estrategias de reducción de la pobreza. Ginebra, OIT/ACTRAV. n.134-135, ene.-jul. 2004. edición provisional.
2. Revista La educación en nuestras manos, Nº 77, Distribución de la riqueza y el conocimiento: un compromiso. Por Roberto Varadle, Dic 2006.
3. Por qué se endeudan los chilenos, Paul Walter, Punto Final, Edición 619 - Desde el 14 de junio al 27 de julio de 2006.
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